El final de The Summer I Turned Pretty: un recorrido por los escenarios reales en North Carolina que se hicieron inolvidables
De Cousins Beach a Wilmington: descubre las playas, casas y sabores reales de North Carolina que dieron vida a la serie y hoy invitan a vivir tu propio verano inolvidable.
17 de septiembre de 2025

Con el estreno del episodio final de The Summer I Turned Pretty, la serie que se convirtió en fenómeno global, llega también el momento de mirar hacia los escenarios que le dieron vida. Aunque la autora Jenny Han imaginó Cousins Beach inspirada en las playas idílicas de Cape Cod, en Massachusetts, fue North Carolina el lugar que finalmente prestó sus paisajes, su vibra nostálgica y su atmósfera veraniega para recrear la magia del relato. Wilmington y sus alrededores se transformaron en el corazón visual de la serie, convirtiéndose en destinos que hoy los fans pueden visitar para vivir su propio verano de película.
Ubicada en la costa sureste de Estados Unidos, a orillas del río Cape Fear, Wilmington combina la calidez de un pueblo costero con una sorprendente herencia cultural y cinematográfica. Conocida también como “Wilmywood” por la cantidad de producciones que han pasado por aquí, es un rincón donde los muelles de madera, las casas coloniales y las playas interminables parecen detenidos en el tiempo, evocando esa nostalgia adolescente que The Summer I Turned Pretty captura con tanta delicadeza.
Cousins Beach existe (aunque se llame distinto)
La entrada ficticia a Cousins Beach, con su icónico letrero, se filmó en Southport, cerca de la antigua torre de vigilancia de los pilotos de Cape Fear. Este lugar, que ya había aparecido en películas como Safe Haven o I Know What You Did Last Summer, se convirtió en la puerta de entrada a un universo de verano eterno. Más adelante, los atardeceres y escenas de playa —incluida la inolvidable nevada en plena noche de verano— se grabaron en Fort Fisher State Recreation Area, en New Hanover County, ofreciendo paisajes naturales que mezclan magia y autenticidad.
La casa de los Fisher
El corazón emocional de la serie, la casa de playa de la familia Fisher, se encuentra en Porters Neck Plantation, una comunidad privada en Wilmington. Con su estilo colonial costero, amplios jardines y muelle privado, fue el escenario perfecto para los veranos de Belly y sus amigos. Aunque es una propiedad privada, visitar la zona permite entender por qué esta comunidad cerrada es tan deseada: combina historia, tradición y un contacto directo con el paisaje natural de la costa de Carolina del Norte.
Donde la tradición se encuentra con la ficción
Otro punto clave de la serie es el Country Club donde Belly ensaya y asiste a clases rumbo a su baile de debutantes. En la vida real, esas escenas se rodaron en el Cape Fear Country Club, fundado en 1896 y considerado el club privado más antiguo de Carolina del Norte. El baile como tal, sin embargo, se filmó en St. Mary Catholic School, también en Wilmington, aportando un aire clásico y elegante que contrasta con la sencillez de la vida en la playa.

Dónde hospedarse
Para quienes buscan recrear la experiencia completa, Wrightsville Beach es la mejor opción para alojarse. El Shell Island Resort, en el extremo norte de la isla, ofrece tranquilidad frente al mar, mientras que el renovado Trailborn Surf & Sound, más cercano al movimiento nocturno, combina diseño contemporáneo y ambiente relajado. En el centro histórico de Wilmington, el Front Street Inn es un encantador hotel boutique con habitaciones estilo colonial y un café que se transforma en escenario de música en vivo al caer la noche.
Dónde comer
El encanto de Wilmington también se saborea. En el centro, YoSake ofrece sushi y cocina panasiática en un edificio histórico de South Front Street; su decoración ecléctica y su ambiente vibrante lo hacen un imperdible, especialmente si después se sube a Tempo Lounge para escuchar música en vivo. En Princess Street, Manna seduce con un menú de cocina americana contemporánea, ingredientes locales y un bar cuidadosamente curado. Para un plan más playero, opciones como Tower 7 (Tex-Mex), Trolley Stop (hot dogs de los años setenta) o Ceviche’s (sabores panameños frescos) capturan el espíritu relajado de la costa.
El encanto nostálgico de Wilmington
Wilmington no solo es un set de filmación: es un lugar donde el verano parece extenderse todo el año. Sus playas como Wrightsville o Carolina Beach invitan a surfear, navegar o simplemente pasar la tarde en bares playeros con vista al atardecer. Sus calles históricas, flanqueadas por casas coloniales con porches y mecedoras, evocan épocas más simples, mientras que su escena cultural y gastronómica conecta con el presente. Aquí, la nostalgia se mezcla con la vitalidad, ofreciendo al visitante la posibilidad de experimentar tanto el pasado como el presente en un mismo viaje.
Con The Summer I Turned Pretty llegando a su fin, los fanáticos pueden transformar la nostalgia en experiencia tangible: caminar por Cousins Beach, ver la casa de los Fisher y cerrar el día en alguno de los restaurantes locales. Porque aunque la historia termine en la pantalla, Wilmington y sus alrededores siguen esperando para ofrecer su propio verano inolvidable.
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